Bajo la premisa de que un adulto sano y feliz, se construye desde niño es relevante recordar que en los 𝗽𝗿𝗶𝗺𝗲𝗿𝗼𝘀 𝗺𝗲𝘀𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝘃𝗶𝗱𝗮, la leche materna es lo mejor y no se necesita otro alimento solido o líquido. A esto se le llama Lactancia Materna Exclusiva (LME).
ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA, cuando empezar
Cumplido este tiempo (6 meses), el lactante necesita de alimentos sólidos y líquidos diferentes, como complemento de su alimentación, iniciando lo que se denomina Alimentación Complementaria (AC). Resaltando que el paso o transición de la LME a la AC es un proceso que abarca generalmente el periodo que va de los 6 a 24 meses de edad, y es una etapa de gran vulnerabilidad para la salud.
Los alimentos complementarios deben introducirse en forma adecuada, respecto no solo al tiempo indicado, sino también a la porción, consistencia, variedad, frecuencia e incluso entorno físico y social apropiado, de tal manera a cubrir las necesidades nutricionales del niño en crecimiento, todo esto, sin abandonar la lactancia materna.
A esta etapa se la conoce “una ventana de oportunidades” para realizar las acciones necesarias que potencien un buen estado de salud y nutrición y, en consecuencia, un crecimiento y un desarrollo saludables.
U𝐧𝐚 𝐚𝐥𝐢𝐦𝐞𝐧𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐚, 𝐬𝐚𝐥𝐮𝐝𝐚𝐛𝐥𝐞, 𝐯𝐚𝐫𝐢𝐚𝐝𝐚 𝐲 𝐜𝐮𝐥𝐭𝐮𝐫𝐚𝐥𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐚𝐜𝐞𝐩𝐭𝐚𝐛𝐥𝐞 desde temprana edad no solamente es importante, sino que es un 𝐟𝐚𝐜𝐭𝐨𝐫 𝐜𝐫𝐢́𝐭𝐢𝐜𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐞𝐥 𝐜𝐫𝐞𝐜𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐲 𝐝𝐞𝐬𝐚𝐫𝐫𝐨𝐥𝐥𝐨 de los niños. D𝐞𝐟𝐢𝐜𝐢𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚𝐬 𝐞𝐧 𝐜𝐚𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐨 𝐜𝐚𝐧𝐭𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞𝐧 𝐭𝐞𝐧𝐞𝐫 𝐜𝐨𝐧𝐬𝐞𝐜𝐮𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚𝐬 𝐢𝐫𝐫𝐞𝐯𝐞𝐫𝐬𝐢𝐛𝐥𝐞𝐬 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐬𝐚𝐥𝐮𝐝 𝐩𝐫𝐞𝐬𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐲 𝐟𝐮𝐭𝐮𝐫𝐚.
Al mismo tiempo, es bueno resaltar es aquí donde se forman sus preferencias y hábitos alimentarios para la edad adulta.
ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA, ni antes ni fuera de tiempo.
¿Por qué es importante esperar hasta los 6 meses para iniciar la AC?
Para poder ingerir alimentos diferentes a la leche materna, es conveniente que el organismo tenga la maduración necesaria a nivel neurológico, renal, gastrointestinal e inmunológico. Un inicio muy temprano a la AC puede significar riesgos a corto y largo plazo, como, por ejemplo:
A corto plazo:
❖ Posibilidad de atragantamiento.
❖ Aumento de gastroenteritis agudas e infecciones del tracto respiratorio superior.
❖ Competencia en el aprovechamiento de nutrientes como hierro y zinc de la leche materna.
❖ Sustitución de tomas de leche materna por otros alimentos menos nutritivos.
A largo plazo:
❖ Mayor riesgo de sobrepeso u obesidad.
❖ Mayor riesgo de problemas de piel o dermatitis.
❖ Mayor riesgo de Diabetes Mellitus Tipo 1.
❖ Mayor tasa de abandono de la lactancia materna.
¿Por qué no esperar más de seis meses?
La LME más allá de los 6 meses de vida resulta insuficiente para conseguir requerimientos adecuados de energía y nutrientes claves como proteínas, hierro, zinc y las vitaminas liposolubles A y D. Si bien es casi una excepción que no se ofrezcan otros alimentos a partir del sexto mes hay situaciones en que los encargados de la alimentación del niño refieren que no inician la AC porque el niño no demuestra aún interés activo por la comida y quieren seguir con la LME, esta práctica, claramente, es inadecuada, ya que trae consigo riesgos nutricionales como, por ejemplo:
❖ Carencias nutricionales, sobre todo de hierro y zinc.
❖ Aumento del riesgo de alergias e intolerancias alimentarias.
❖ Peor aceptación de nuevas texturas y sabores.
❖ Mayor posibilidad de alteración de las habilidades motoras orales.
Principales pautas para seguir respecto a la alimentación complementaria según las “Guías Alimentarias del Paraguay, para niños y niñas menores de 2 años”
Si bien la introducción a la AC debe iniciarse siempre en pequeñas cantidades, con texturas adecuadas, realizando cambios cuantitativos o cualitativos, de forma individualizada, lenta y progresiva, a continuación, mencionamos los principales lineamientos de la alimentación complementaria de nuestro país:
Desde los 6 meses además de la leche materna, el niño debe comer otros alimentos como CARNES, HUEVO, POROTOS, CEREALES, VERDURAS y FRUTAS en forma de puré, luego molidos, picaditos o desmenuzados.
Principales consideraciones en la alimentación de niños de 6 a 11 meses de vida
CONSISTENCIA:
Las comidas deben ser espesas sin grumos y que apenas se deslice en el plato, todo bien pisado con un tenedor, pero no licuado. Los ingredientes de los caldos (caldito de pollo, soyo, vori vori, locro, entre otros) se deben pisar para que sean más espesos y ofrecerle de esta manera al niño, resaltando que de otra manera se corre el riego de que la parte líquida del caldo le llene el estómago, pero no lo alimente.
FRECUENCIA:
A los 7 meses, ya debe estar recibiendo las dos comidas principales (almuerzo y cena). A partir de los 8 meses, el pure puede tener algunos grumos y la carne puede ser cortada en trozos pequeñitos.
CANTIDAD:
De 6 a 8 meses: medio plato pequeño
9 a 11 meses: un plato pequeño
RESPECTO AL AGUA
Desde que comienza la alimentación complementaria también debemos incorporar la ingesta de agua segura (potable), ¼ de taza (50 ml) dos a tres veces al día, aumentar este volumen en días muy calurosos.
RESPECTO A LAS FRUTAS:
Frutas como la banana, pera, manzana, durazno, mamón, mango, guayaba sin semilla, aguacate, entre otros, en forma de puré o en pequeños trozos en la media mañana y/o la tarde.
DATO CLAVE
Seguir la LACTANCIA MATERNA
A PARTIR DEL AÑO DE VIDA
Al año, el niño ya está preparado para recibir la misma alimentación saludable que la familia. Deben comer las cinco comidas: desayuno, media mañana, almuerzo, merienda y cena.
¡𝗟𝗮 𝗮𝗹𝗶𝗺𝗲𝗻𝘁𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗲𝗻 𝗲𝘀𝘁𝗮 𝗲𝘁𝗮𝗽𝗮, 𝘃𝗮 𝗺𝘂𝗰𝗵𝗼 𝗺𝗮́𝘀 𝗮𝗹𝗹𝗮́ 𝗾𝘂𝗲 𝘀𝗲𝗿𝘃𝗶𝗿 𝘂𝗻 𝗽𝗹𝗮𝘁𝗼 𝗱𝗲 𝗰𝗼𝗺𝗶𝗱𝗮!
La adecuación de la alimentación complementaria (en términos de tiempo, variedad, suficiencia y seguridad) depende no solo de la disponibilidad de alimentos en el hogar, sino también de las prácticas alimentarias de la familia.
«Educar con el ejemplo no es una manera de educar, es la única».
Prof. Lic. Doris Villalba
Nutricionista. Especialista en Salud Pública
Encargada del Departamento de Alimentación y Nutrición del Primer Centro de Desarrollo de la Primera Infancia del país.
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