CARDIOLOGÍA Y METABOLISMO

DISFUNCIÓN TIROIDEA DURANTE EL EMBARAZO

La glándula tiroides sufre cambios fisiológicos y de su tamaño durante la gestación, aumentando el 10% de su tamaño en los países con yodación de la sal dentro de los valores normales, observándose un aumento del 20% al 40 % en los países con deficiencia de yodo en la sal de consumo familiar. Las mujeres con deficiencia crónica de iodo no son capaces de compensar la mayor demanda, que, si no se corrige, conduce a hipotiroidismo y bocio.

Las hormonas tiroideas T4 y T3 aumentan hasta un 50% en su producción con un aumento del requerimiento diario de yodo en un 50%. Estos cambios ocurren normalmente en las embarazadas sanas pero algunas pueden presentar una disfunción tiroidea pudiendo aparecer autoanticuerpos antitiroideos los cuales pueden ser responsables de la aparición de una enfermedad tiroidea autoinmune y aun los nódulos por lo que el cáncer podría ser detectado durante el embarazo.

La gonadotropina coriónica humana (HCG), que tiene marcada homología estructural con la TSH, es la responsable de  la estimulación tiroidea inicial. La máxima concentración de HCG se alcanza en el primer trimestre y hace disminuir proporcionalmente la TSH, que tiene un nadir entre la 7-12 semana de gestación, aumentando ligeramente después

Teniendo en cuenta estos datos, todas las embarazadas deben acudir a una consulta prenatal para que se pueda durante el interrogatorio detectar alguna patología tiroidea; si la paciente toma antitiroideos o es medicada con hormona tiroidea por lo cual es recomendado el estudio en sangre de la TSH sérica, como también se debe descartar la Diabetes gestacional, la obesidad mórbida, antecedentes de prematuréz o abortos previos y si la paciente consume amiodarona.

También la Tiroperoxidasa (TPOac) y la Antitiroglobulina (TGac) deben ser determinadas en el suero y la T4 libre. Todas las mujeres durante el embarazo deben consumir 250 mcg de yodo diario y todas las embarazadas con anticuerpos TPO y TG positivas deben ser estudiadas como también la TSH cada 4 semanas hasta la mitad del embarazo. En mujeres con abortos previos y con TPO o TG positivas, pero con TSH normal se recomienda el uso de Levotiroxina sódica en dosis pequeñas de 25-50 mcg/día en ayunas debido al beneficio potencial comparado a los riesgos mínimos.

También se recomienda el dosaje de la TSH en las mujeres que consultan por esterilidad. En mujeres con hipotiroidismo subclínico que se someten a la fecundación in vitro se deben tratar con L-T4  a fin de lograr una TSH sérica menor a 2,5 mU/l.  Luego del parto hay que medir la TSH sérica pues se podría reducir la dosis que tomaba durante el embarazo.

Las mujeres tirotóxicas se deben volver eutiroideas estables antes de intentar un embarazo, Existen varias opciones de tratamiento y cada uno de ellas tiene ciertos riesgos y beneficios. Estos podrían ser el tratamiento con Iodo 131, la tiroidectomía quirúrgica o el tratamiento con antitiroideos. En las embarazadas tratadas con metimazol deben ser medidas la Ft4, libre, la T4 total  y la TSH cada 4 semanas. La medicación antitiroidea con metimazol o propiltirouracilo debe realizarse con la menor dosis posible.

OBS. Artículo basado en las guías de la ATA (Enfermedad Tiroidea durante el embarazo).

 

Prof.Dr Jorge Antonio Jara Yorg.

PRG1277558